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Desde parches y chicles hasta llegar a terapias alternativas como la homeopatía, lo cierto es que existen hoy en día una gran cantidad de tratamientos para dejar el tabaco, de todas las formas, precios y efectividades posibles.
La adicción al tabaco suele ser tan poderosa que muchos de los que dejan, vuelven a caer en sus redes. Por esto, no sólo hace falta un tratamiento efectivo sino también las ganas y fuerza de voluntad necesarias por parte del fumador para dejarlo.
De cualquier modo y desde hace un tiempo ya, una nueva técnica está cobrando fuerza en los Estados Unidos y Europa: se trata de la aplicación de ondas electromagnéticas de muy baja frecuencia que logran que el sistema inmunológico produzca anticuerpos contra el cigarrillo.
Este método se llama "Biomagna" y logra que el paciente sienta un "rechazo físico", que puede incluir ciertos síntomas como una sensación de asco, tos y vómitos, hacia el tabaco.
"El tratamiento se hace una sola vez, en una única sesión de una hora, en la que se desarrollan varias etapas", aseguró Norberto Palavacino, especialista argentino en Cardiología y Terapias Físicas.
Asimismo, este doctor explicó que lo que sucede es que "a nivel cerebral se realiza la armonización de las ondas cerebrales" mientras que, "por otro lado, se estimula el sistema inmunológico y, a la vez, se lleva adelante una desintoxicación del organismo para eliminar los más de 4 mil tóxicos del cigarrillo que se depositan en riñones, intestino, tejido celular subcutáneo , ya que por lo que se denomina metabolismo del segundo pasaje los tóxicos almacenados se desparraman por la sangre y hay que sacarlos del cuerpo".
Con respecto a la ya conocida ansiedad que suele atacar a quien intenta dejar de fumar, Palavecino dijo que "el paciente tiene que hacer una dieta desintoxicante para evitar aumentar de peso". Y en cuanto al "síndrome de abstinencia" también característico del tabaco, este profesional aseguró que es poco común en este tipo de tratamiento electromagnético.
A la hora de hablar de las "garantías" del tratamiento, Palavecino dijo que del total de quienes se someten al método, el 70% deja de fumar tras la primera sesión y el 85%, tras la segunda.
"La persona tiene que estar muy desequilibrada para volver a la adicción porque el cuerpo va a identificar al cigarrillo como tóxico y lo va a rechazar como si nunca hubiera fumado", concluyó.
Vía Infobae.com
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