Enviado por Gonzonet a través de Google Reader:
Lawrence de Arabia, Jesus de Nazareth, La joya del Nilo, La última tentación de Cristo, La momia, Gladiador, Alexander, El reino de los cielos. Son algunas de las películas que rodaron escenas en Aït Ben Haddou, una de las fortalezas de adobe dentro de la hoy conocida como la ruta de los mil kasbahs, en Marruecos. Los Kasbahs, se parecen a castillos de arena, construidos de forma rústica con un estilo y resistencia asombrosas, tanto como para sobrevivir por miles de años hasta la actualidad. El más llamativo de ellos, el Ait Ben Haddou, tiene una estampa espectacular:
Los Kasbahs, eran fortalezas o casas fortificadas en lugares estratégicos en los límites del desierto, construidos en materiales tan rústicos como barro, cañas y troncos, lo poco que podía obtenerse en el desprovisto paisaje árido del lugar. Los Kasbahs eran puntos de abastecimiento que iban hilvanando las rutas comerciales que recorrían las caravanas. En Marruecos, existen desde hace miles de años, aunque hoy, es posible descubrir algunas de ellas apenas habitadas y en bastante mal estado de conservación. En su época de esplendor, eran gobernadas por señores o agrupaciones tribales organizados en torno a un oasis que aprovechaban de un modo increíblemente sustentable: con sistemas de riego, agricultura, sistemas de ventilación natural, etc.
Las fortalezas de adobe, estaban normalmente emplazados en lo alto de una colina junto a un río o un oasis. El Kasbahs Ait Ben Haddou, que vemos en fotos, está reconocido como Patrimonio de la Humanidad, pero en la ruta de los mil kasbahs se pueden ver varios en distinto grado de conservación, entre ellos los de Taourit o Tifelfout.
Desafortunadamente, la riqueza histórica y arquitectónica de los Kasbahs, está siendo afectada por el abandono y el deterioro, ya que sus habitantes se han ido trasladando en las últimas décadas a viviendas con materiales más modernos y resistentes en las cercanías. Algunos Kasbahs se convirtieron en hoteles, mientras otros, simplemente sirven de decorados cinematográficos o caen en el deterioro lento, ignorados por las autoridades que no llegan a valorar el legado de tales construcciones.
Para arribar al más famoso de ellos, el kasbahs de Ait Ben Haddou, tendremos que desplazarnos hasta Ouarzazate, la ciudad a la que pertenece. Afortunadamente, aún permanece alejado del turismo masivo, y se conserva como un destino que remite a un viaje al pasado, con apenas infraestructura turística a su alrededor. Por su parte, la ruta de los mil Kasbahs se realiza atravesando el Atlas, hasta llegar a Mersouga, la verdadera puerta del desierto.
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