¿Qué es la influenza?
La influenza (o gripa) es una infección vírica altamente contagiosa y es una de las enfermedades más severas del invierno. Se calcula que del 5 al 20 por ciento de la población de Estados Unidos contrae la influenza cada año.
La influenza es una infección viral de las vías respiratorias altas, las cuales incluyen la nariz, los bronquios y los pulmones. Se caracteriza por lo siguiente:
fiebre
dolor en los músculos
dolor de garganta
tos seca
La influenza puede afectar a personas de cualquier edad. Aunque la mayoría de las personas y los niños se curan al cabo de unos días, algunos pueden enfermarse mucho más gravemente y pueden necesitar ser hospitalizados. La influenza puede llevar a la neumonía o la muerte.
¿Cuáles son los distintos tipos de influenza?
Los virus de la influenza se dividen en tres tipos, llamados A, B y C.
Los tipos de influenza A y B son los responsables de las epidemias de enfermedades respiratorias que se producen casi todos los inviernos y que con frecuencia están asociados con un aumento en los índices de hospitalización y de muertes. Los esfuerzos para controlar el impacto de la influenza están enfocados en los tipos A y B. Una de las razones por las cuales la gripa sigue siendo un problema es porque los virus alteran su estructura, exponiendo a los adultos y a los niños a nuevos tipos de virus cada vez.
El tipo de influenza C generalmente produce enfermedades respiratorias leves o incluso no llega a provocar síntomas. No causa epidemias y no origina los graves problemas de salud pública que causan los tipos A y B de influenza.
Los virus de influenza mutan o cambian continuamente, lo que le permite al virus eludir el sistema inmunológico de un niño. Las personas son suceptibles a la infección por influenza durante toda su vida. El proceso es el siguiente:
Una persona infectada por un virus de influenza desarrolla anticuerpos contra ese virus.
El virus tiene mutaciones o cambios.
El anticuerpo "antiguo" ya no es capaz de reconocer al "nuevo" virus.
Se produce de nuevo una infección.
Sin embargo, el anticuerpo antiguo proporciona una protección parcial contra una nueva infección. En la actualidad hay tres virus diferentes de influenza circulando por todo el mundo: dos tipos de virus A y un tipo B virus. Las inmunizaciones proporcionadas cada año para proteger contra la gripe contienen las cepas de los tipos de virus gripal que se espera causen gripe ese año.
¿Qué causa la influenza?
El virus de la influenza normalmente se transmite de persona a persona por las partículas de aire. Esto significa que su hijo puede contraer la gripa al entrar en contacto con los virus que están en el aire por medio de los estornudos y la tos de una persona afectada. El virus también puede vivir durante cierto tiempo sobre los objetos como las perillas de las puertas, lápices o bolígrafos, teclados, receptores de teléfono y utensilios para comer o beber. Por lo tanto puede también propagarse cuando su hijo toca algo que ha sido manipulado por alguien infectado con el virus y después su hijo se toca la boca, la nariz o los ojos.
Las personas que tienen la gripa son generalmente más contagiosas 24 horas antes de que comiencen a tener síntomas y durante el período en que tienen la mayoría de los síntomas. ésta es la razón por la cual es díficil prevenir la propagación de la gripa, especialmente entre los niños, porque ellos no siempre saben que están enfermos mientras están propagando todavía la enfermedad. El riesgo de infectar a otros normalmente cesa alrededor del séptimo día de la infección.
¿Cuáles son los síntomas de la influenza?
A continuación se enumeran los síntomas más comunes de la influenza o gripa. Sin embargo, cada niño puede experimentarlos de una forma diferente.
La influenza se clasifica entre las enfermedades respiratorias, pero en realidad todo el cuerpo parece sufrir cuando el niño la contrae. Los niños afectados suelen ponerse muy enfermos y padecen todos o algunos de los síntomas siguientes:
Fiebre, que puede ser de hasta 39,4 y 40,4 °C (103 °F - 105 °F).
Dolores y achaques.
Malestar general.
Dolores de cabeza.
Tos seca.
Dolor de garganta
Nariz congestionada o nariz despejada.
Empeoramiento de la tos.
Náuseas.
Vómitos.
Diarrea.
Fatiga.
La mayoría de las personas se recuperan de la influenza en una semana, pero pueden sentirse agotadas por un período de hasta tres a cuatro semanas.
Los síntomas de la influenza pueden parecerse a los de otros trastornos o problemas médicos. Siempre consulte al médico de su hijo para obtener un diagnóstico.
¿En qué se diferencia un resfriado de la gripa?
El resfriado y la gripa (influenza) son dos enfermedades diferentes. Los resfriados son relativamente inofensivos y se suelen curar por sí mismos al cabo del tiempo, aunque a veces pueden producir una infección secundaria, por ejemplo de oídos. En cambio, la gripa puede tener complicaciones, como la neumonía o incluso la muerte. A veces lo que parece un resfriado puede ser en realidad la gripa. Tenga en cuenta las siguientes diferencias:
Síntomas del resfriado Síntomas de la gripa
Fiebre baja o temperatura normal Fiebre alta
En ocasiones dolor de cabeza Siempre dolor de cabeza.
Goteo y congestión nasal Nariz congestionada o nariz despejada.
Estornudos En ocasiones estornudos
Tos seca y leve Tos que con frecuencia se vuelve fuerte.
Dolores y molestias leves Frecuentemente dolores y molestias severas
Fatiga leve Fatiga durante varias semanas.
Dolor de garganta. En ocasiones dolor de garganta
Nivel de energía normal Agotamiento extremo.
Prevención de la influenza:
Todos los años, en el mes de septiembre, se introduce una nueva vacuna contra la influenza. La vacuna se suele recomendar para grupos específicos de personas (ver más abajo), así como para las personas que quieren evitar contraer la gripa. Además, se han aprobado dos medicamentos (Zanamivir y oseltamivir) para el tratamiento preventivo de la gripa en niños. Estos medicamentos son de venta bajo receta y debe consultarse a un médico antes de utilizar cualquier medicamento para prevenir la enfermedad.
Actualmente se ha aprobado una vacuna contra la gripa en atomizador nasal, llamada FluMist, para prevenir la enfermedad debido a los virus A y B de la influenza en niños y adolescentes sanos (entre los 2 y los 17 años), y en adultos sanos (entre los 18 y los 49 años). Al igual que con otras vacunas con virus vivos, FluMist no deberá administrarse bajo ninguna circunstancia a mujeres embarazadas y a personas con supresión inmunológica, incluidas aquéllas con enfermedades de inmunodeficiencia adquirida como SIDA o cáncer, y personas bajo tratamiento con medicamentos que causen inmunosupresión.
Eficacia de la vacuna:
La eficacia de la vacuna varía cada año, según el grado de similitud entre las cepas del virus de influenza incluidas en la vacuna y la cepa o cepas que circulan durante la temporada de la influenza. Las cepas de la vacuna deben escogerse de nueve a diez meses antes de la estación de la influenza. Algunas veces se producen cambios en las cepas en circulación de los virus entre el período en que se eligen las cepas para la vacuna y la siguiente estación de la influenza. Estos cambios pueden reducir la capacidad del anticuerpo inducido por la vacuna para inhibir la nueva mutación del virus, con lo que se reduce la eficacia de la vacuna.
Además, la eficacia de la vacuna también varía de una persona a otra según la edad o el estado general de salud de cada una.
¿Cuáles son los efectos secundarios de la vacuna contra la gripa?
Los efectos secundarios más graves tras la vacunación contra la gripa se pueden producir en las personas que tienen una alergia severa a los huevos. Por ello, los niños alérgicos al huevo no deben recibir la vacuna contra la influenza. Según el Centro Nacional de Enfermedades Infecciosas (National Center for Infectious Diseases), una división de los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention, CDC), la vacuna de la gripa no causa ningún efecto secundario en la mayoría de los niños que no son alérgicos al huevo.
Menos de la tercera parte de las personas que se vacunan notan molestias en el sitio donde se coloca la inyección y entre el 2 y el 10 por ciento sufren efectos secundarios leves, como dolor de cabeza o fiebre baja un día después de recibir la vacuna. Debido a que estos efectos secundarios leves se parecen a algunos de los síntomas de la influenza, algunas personas creen que la vacuna hace que se enfermen de influenza. Sin embargo, según el CDC, "la vacuna contra la influenza fabricada en Estados Unidos nunca ha podido producir la enfermedad porque el único tipo de vacuna que se ha autorizado en Estados Unidos hasta ahora está hecha con virus muertos, que no pueden causar infección".
Recomendaciones para la vacuna:
Entre las recomendaciones para las personas que deben vacunarse contra la influenza se incluyen las siguientes:
Las personas mayores de 50 años de edad (la eficacia de la vacuna suele ser menor en los ancianos, pero puede reducir de forma significativa las posibilidades de desarrollar una enfermedad grave o de morir de influenza).
Los niños de 6 a 59 meses.
Las personas que viven en residencias para ancianos o geriátricos y otras instituciones para la atención de enfermos crónicos de cualquier edad.
Los adultos y niños que tienen enfermedades crónicas del sistema cardiovascular o pulmonar, incluyendo los niños que tienen asma, fibrosis quística y la enfermedad pulmonar crónica de la infancia (displasia broncopulmonar, su sigla en inglés es BDP).
Los niños y adultos que tienen las siguientes condiciones médicas:
Enfermedades metabólicas crónicas (por ejemplo diabetes).
Insuficiencia renal.
Inmunosupresión.
Hemoglobinopatías.
Los niños y adolescentes (de 6 meses a 18 años de edad) que toman aspirina como terapia a largo plazo.
Mujeres que serán embarazadas durante la estación de la gripe.
Además, deben vacunarse los siguientes grupos de personas:
Trabajadores del cuidado de la salud.
Empleados de residencias para ancianos y otras instalaciones para cuidados crónicos que tengan contacto con los pacientes o residentes.
Cuidadores a domicilio de personas pertenecientes a grupos de alto riesgo.
Miembros del hogar (incluyendo los niños) que convivan con personas de los grupos de alto riesgo.
Las personas de cualquier edad que deseen reducir sus posibilidades de contraer una infección por influenza, excepto las personas alérgicas a los huevos.
Tratamiento de la influenza:
El tratamiento específico de la influenza será determinado por el médico del niño basándose en lo siguiente:
La edad de su hijo, su estado general de salud y sus antecedentes médicos.
Qué tan avanzada está la condición.
La tolerancia de su hijo a determinados medicamentos, procedimientos o terapias.
Sus expectativas para la trayectoria de la condición.
Su opinión o preferencia.
El objetivo del tratamiento de la influenza es de ayudar a prevenir o disminuir la severidad de los síntomas. No existe cura para la influenza. El tratamiento puede incluir lo siguiente:
Medicamentos para aliviar los dolores y bajar la fiebre (no se debe dar aspirina a los niños que tienen fiebre sin consultar antes con el médico del niño). El mejor fármaco para los niños es el acetaminofén (Tylenol).
Medicamentos para la congestión y las secreciones nasales.
Reposo.
Aumentar la ingestión de líquidos.
El médico de su hijo puede recetar medicamentos para la tos del niño después de una evaluación completa.
Medicamentos antivirales - los medicamentos pueden ayudar a acortar la duración de la enfermedad y a disminuir la gravedad de la gripa, pero no curan la gripa. Se debe comenzar con ellos inmediatamente después de la aparición de los síntomas. Dos tipos de estos medicamentos son el Zanamivir y el Oseltamivir. El médico de su hijo determinará la duración del tratamiento.