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De acuerdo a una reciente encuesta realizada en los Estados Unidos, el uso de distintas terapias alternativas es cada vez más común en este país. El 38 por ciento de los adultos manifestó haber acudido a este tipo de tratamientos, mientras que un 12 por ciento de los niños encuestados también lo hizo.
Entre las terapias más populares se incluyen la ingesta de suplementos a base de hierbas, la acupuntura, la meditación y otros ejercicios y remedios no considerados dentro de la medicina "tradicional".
Así, estos resultados del Sondeo de Salud Nacional de 2007, corroboraron queestas terapias alternativas están consideradas dentro de las posibilidades de tratamiento de los estadounidenses y, según las declaraciones de la doctora Josephine Briggs, del Centro Nacional de Medicina Alternativa y Complementaria, han reforzado "la necesidad de investigaciones rigurosas para estudiar su seguridad y efectividad".
Los datos de esta encuesta se basaron en más de 23.300 entrevistas hechas a adultos estadounidenses y otras 9.500 entrevistas realizadas también a adultos, pero en nombre de los niños de la casa.
Las terapias complementarias y alternativas más empleadas por los adultos en los Estados Unidos son los "productos naturales", como las medicinas en base a hierbas, y los suplementos dietarios, como la glucosamina-condroitina, el aceite de pescado y el ginseng. Estos productos son utilizados por "más de 40 millones de adultos", según dijo el doctor Richard L. Nanni, del mismo Centro Nacional.
A los productos naturales le siguen los ejercicios de respiración profunda (con el 12,7 por ciento), la meditación (9,4 por ciento), la manipulación quiropráctica u osteopática (8,6 por ciento), los masajes (8,3 por ciento) y el yoga (6,1 por ciento).
Los adultos usan las terapias alternativas y complementarias principalmente para tratar enfermedades crónicas dolorosas, como el dolor de espalda, de cuello y de las articulaciones o la rigidez articular y otros problemas musculoesqueléticos.
Asimismo, de estos estudios se desprendió que las mujeres, y las personas de entre 30 y 69 años, son los grupos más propensos a comenzar a usar esas terapias.
Con respecto a los niños, se encontró que el 12 por ciento de los menores estadounidenses, o uno de cada nueve, recurre a estos tratamientos alternativos. La principal aplicación infantil de las terapias alternativas y complementarias es por cuestiones de dolor de espalda, cuello o cabeza, o resfriados, así como también por estados de ansiedad, estrés, el trastorno por déficit de atención, y otros problemas musculoesqueléticos.
Vía Yahoo
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